viernes, 30 de julio de 2010

Intensidad

Veía la película I love you Phillip Morris y en un momento caí en la cuenta de que no la estaba disfrutando... porque me estaba identificando con el protagonista. Sí, ya sé, hay un chiste fácil acá porque el protagonista es homosexual, pero no, no me siento identificado con esa parte ni con la otra parte, la de estafador. Por eso fue de hecho que en un momento me tuve que preguntar por qué me estaba identificando, si no me siento ni homosexual ni estafador... y creo que lo que me lo causaba era que más allá de esas cualidades superficiales del personaje (aparentemente basado en una persona real), es una persona deseosa de intensidad.

Y es que en una parte de la película se suceden muchas situaciones donde el protagonista está a punto de que lo descubran, y los nervios me invadían, jajaja. Sí. Es parecido en cierta forma al protagonista de Catch me if you can, es de esa gente que vino al mundo aparentemente para burlar al sistema. El punto es que preguntándome por qué seguía con ese estilo de vida, cuando ya tenía suficiente para estar cómodo, caí en la cuenta que no se trataba de conseguir dinero, lujos, comodidad... el protagonista es adicto a la intensidad. Y se puede ver en los ojos de Jim (que no deja de sorprenderme como actor) eso en esos instantes en los que su personaje realmente no sabe cómo salir de donde está. Un trabajo increíble.

Curiosamente al terminar de verla me cruzo con este video. Entonces entendí que había entrado en la frecuencia. Es muy útil estar atento a las comunmente denominadas "coincidencias", porque no son más que avisos de la frecuencia en la que uno se encuentra. Y tras ver el video me invadieron las ganas de volver a entrenar. Me doy cuenta que abandoné mucho a mi cuerpo este año y no me parece bien. Recuerdo cuando semana tras semana lograba alcanzar un mínimo de elongación más y el placer fluía por mis venas cuando me estiraba, con el cuerpo entrado en calor y agitado. Extraño la euforia que me visitaba cuando salía de las clases de acrobacia a la mañana en Redes. Los días que iba tenían otro color.

Me doy cuenta cada vez más de cuánto quiero y necesito vivir la intensidad, y qué tan poca estoy sacando de mis actuales hábitos. Esto es bueno, porque me permite empezar a modificarlos. Y, oh casualidad, otra coincidencia. Hablo de modificar hábitos cuando estoy a horas de la mudanza de mi madre, y es que sin duda vivir con mi hermano me traerá cambios a mi rutina. Más trabajo, más responsabilidades. Me encanta. Por primera vez vivo el paso del tiempo como vitalidad pura. Siempre le temí a la muerte y ya le he dedicado tiempo de reflexión a eso que me llevó a considerar que mi poco compromiso con la vida parte de este miedo. Y hoy, que estoy por empezar una etapa totalmente nueva, no me podría sentir más vivo.

Solo recuerdo otro cambio de etapa que me resultó tan grande como este y fue el dejar la secundaria, y si bien no puedo revivir exactamente cómo me sentí en ese momento, no recuerdo este entusiasmo (y supongo que lo recordaría si lo hubiera sentido). Está bien, supongo que tenía mis miedos (si bien recuerdo haber transcurrido ese pasaje muy contento).

Pero esto es totalmente... fascinante. Es un momento donde mire por donde mire se abren abanicos infinitos de promesas de aventuras por vivir. Y cuando caigo en esta realidad... la recuerdo a ella. Creo que es la primera vez en este blog que uso esta palabra a futuro y no a pasado. La primera vez que no me refiero a alguien que fue sino a alguien que tal vez sea. Lo cual me recuerda una entrada que se me había ocurrido escribir en mi último cumpleaños, el cual ya pasó hace varios meses... y dejé pasar la oportunidad, pero no quiero dejar de mencionarlo, porque era una idea que me había simpatizado mucho y por haber pasado la oportunidad nunca encontré un espacio para ella. Esta era la siguiente... En mi cumpleaños, mientras estaba parado en el laburo, aburriéndome como siempre pero esa vez más contento de lo usual porque empezaba mi nueva vuelta al Sol, recibí un llamado de mi prima astróloga. Esta me llamaba para desearme un buen año, pero como era de esperarse... terminamos hablando de astrología. Ella me preguntó si había chusmeado algo y cuando le dije que todavía no se puso a ver en su computadora rápidamente algo. A los segundos gritó "¡Ay, Puni! (sí, me llama Puni) ¡Te enamorás este año!". Yo reí. Me causó mucha gracia la noticia y la forma en que lo dijo. Pero me alegré. Era una linda noticia. Ese día se me ocurrió escribirle una carta a mi futura enamorada. Era una idea que me atraía porque nunca le había escrito a alguien que todavía no había conocido. Hubiera puesto algo así como "me encantan tus rulos y cómo cae el pelo lacio por tus hombros", o sea, mi idea era escribir totalmente indefinidamente, escribir sin limitar las infinitas posibilidades de quien aparecería en mi vida.

Pero nunca escribí la entrada. Supongo en parte colgué por las antiguas Condiciones de Servicio de este blog, que me obligaban a pensar mucho más cada palabra, absurda y obsesivamente limitando mi expresión y magia (sí, se siente bien haber hecho ese cambio, siento que reclamé este espacio para una parte de mi mucho más interesante). Sea como sea, al poco tiempo pasó lo que pasó con la chica que me gustaba hace un año y en ese momento sentía que la predicción de mi prima se había cumplido... pero algo no me cerraba... Cuando ella me había dicho eso yo pensé y sentí que sería alguien nuevo... Pero bueno, ella no habló de alguien nuevo o viejo así que podía ser, y así lo entendí. La persona había aparecido (si bien ya venía estando...) y si bien me había ido de viaje por un mes, en mi retorno empezaría una linda historia.

Pero entonce pasó lo que también pasó, jajaja. Y en el momento no lo noté por la mezcolanza de sensaciones, sentires, ideas y vivencias, pero ahora me doy cuenta que me angustiaba un poco la incertidumbre (y es que requiere mucha madurez incursionar en la estructura del Destino, ahora lo entiendo, y reconozco la cautela y respeto que se necesitan). No entendía bien qué había pasado, qué se suponía que pase, y no, no lo digo de un modo determinista que me lave las manos de mis responsabilidades. Pero dentro de las corrientes de energías que nos hacen bailar estaba perdiéndome en mis propios pasos...

Pero, una vez más, como siempre, como es esta vida increíble que nos toca vivir, uno se vuelve a encontrar, ¿no? Y en el camino puede hasta que encuentre más gente maravillosa. En mi caso una de esas personas tiene una forma sensual y delicada, con pelo que una vez lució un flequillo pero que sin duda se ve mejor en su estado natural y salvaje. Una persona que habla de números cuando yo de astros, con quien me entiendo y siento entender. Persona que sin siquiera conocer en persona aún me acelera el corazón de pensar en ella. Y qué curioso rumbo tomó esta entrada. No era mi idea hablar de esto, sino expresar mi deseo de intensidad. Pero... ¿no es todo esto parte de la solución? ¿Qué tan productivo hubiera sido escribir sobre lo que quiero en comparación de lo productivo de escribir sobre lo que estoy logrando?

Estas preguntas me hacen reveer qué tanto me expreso hacia el pasado en vez de hacia el futuro. Es hora de cambiar de dirección. Y de expresarme más seguido también.

4 punicomentarios en esta punientrada:

Pato dijo...

ultramagia

etereα · dijo...

Qué lindo, Puni :).

Cuando hablaste de personajes de películas con deseos de intensidad me acordé instantáneamente de http://www.imdb.com/title/tt0468569/ ♥.

Stephanie dijo...

Hermoso :)♥

lucy in the sky dijo...

awesome, dear puni (L)

Publicar un comentario